Última actualización: 14 septiembre, 2022
Una auditoría interna es un proceso realizado por las organizaciones para evaluar la eficacia e identificar nuevas oportunidades de mejorar. Suelen examinar controles internos, el gobierno corporativo y controles generales del área de IT. Además, también son una buena preparación para futuras auditorías externas.
La auditoría interna busca evaluar que los procesos internos de la organización funcionen bien de acuerdo a estándares, normativas y regulaciones. De este modo, marca si el rumbo es el correcto o no y es fundamental para la continuidad de la organización.
En este proceso se analiza más que el rumbo económico sino que se hace foco en diversas cuestiones que afectan a la organización:
- Reputación.
- Eficiencia.
- Crecimiento estratégico.
- Cumplimiento de los objetivos.
- Impacto en el medio ambiente.
- Marca empleadora (cómo trata a sus empleados, qué beneficios les provee, etc.)
Etapas de una auditoría interna
Una auditoría interna tiene cuatro fases: planificación, trabajo de campo, generación de informes y seguimiento. En cada una de ella se despliegan varios pasos y actividades.
Etapa 1: Planificación o Preauditoría
En la primera etapa se realiza un análisis general de la organización teniendo en cuenta sus objetivos y metas. Además, se analizarán auditorías previas y se establecerá un cronograma y presupuesto para llevarla a cabo.
A la hora de analizar esta información y diseñar un plan para la auditoría hay que tener en cuenta varios factores: el marco jurídico en el que se asienta el negocio de la organización, su propia regulación o reglamento y su estructura organizacional. Además, un plan de auditoría debe contener toda esta información:
- Objetivos y alcance de la auditoría.
- Criterios tomados en cuenta.
- Áreas a auditar.
- Personal encargado de la calidad de los procesos.
- Tiempo y duración de la auditoría.
- Cronograma.
- Estructura del informe final.
Por otro lado, para seleccionar al personal que llevará adelante la auditoría se debe tener en cuenta que ninguno debe estar comprometido en las actividades que se auditarán ni tener conflictos de intereses. El equipo se compone de un auditor líder que coordina todo el proceso y auditores que llevan adelante las tareas.
Etapa 2: Trabajo de campo
Esta etapa refiere al momento en que se lleva a cabo la auditoría. Así, el equipo auditor ejecutará el plan previamente diseñado y llevará a cabo las siguientes acciones:
- Entrevistar al personal clave de las áreas definidas a auditar.
- Revisar documentos y otros elementos.
- Probar que los controles funcionen correctamente.
- Documentar el trabajo.
- Identificar excepciones.
- Emitir recomendaciones.
Etapa 3: Generación de informes
Una vez terminado el proceso se realiza el informe de auditoría. En él se desarrollarán las fortalezas y deficiencias de la organización además de recomendaciones para mejorar los procesos. El informe deberá detallar lo siguiente:
- Objetivos y criterios acordados en la preauditoría.
- Tiempos en los que se llevó a cabo el proceso.
- Identificación del equipo auditor.
- Desarrollo detallando fortalezas, debilidades y recomendaciones.
- Conclusiones finales.
- Declaración de confidencialidad.
Etapa 4: Seguimiento
El seguimiento es una etapa fundamental ya que en ella se garantiza que las recomendaciones dadas se implementen. Es decir, se realiza un seguimiento junto con los equipos encargados del proceso que deben implementar las recomendaciones y mejoras. Además, la administración debe supervisar los resultados obtenidos y el proceso de seguimiento. La importancia de esta etapa reside en que si no se realiza el seguimiento no se podrán hacer los cambios y mejoras que la auditoría recomendó.